jueves, 23 de mayo de 2013

Empieza la cosecha de éxitos deportivos


Luego de su primera experiencia olímpica en Múnich, Juantorena volvió a los entrenamientos decidido a perfeccionar sus zancadas y mejorar el tiempo que hizo en la ciudad alemana. Había en él una determinación que su entrenador polaco no había visto antes. “Ha llegado el momento de saborear las mieles del éxito”, dijo Alberto. El técnico asintió. 

El 18 de agosto de 1973, en los Juegos Mundiales Universitarios de Moscú, Juantorena cruzó primero la línea de meta de los 400 metros con un registro de 45,4 y obtuvo así la presea de oro. “Maté dos pájaros de un solo tiro -pensó Juantorena-: gané la medalla dorada y mejoré mi tiempo”. Aquel logro le valió para ser reconocido como el Mejor atleta del año en Cuba y el Mejor Atleta del año en Latinoamérica. 

Eso no fue todo, pues dos años más tarde, en los Juegos Panamericanos de la Ciudad de México, volvió a subir al podio al obtener la presa de bronce, siempre en su especialidad favorita: los 400 metros. Su esfuerzo y sacrificio ya le estaban generando réditos deportivos, pero él sabía que la felicidad solo sería completa cuando viera flamear la bandera de su país en un podio olímpico. No iba a esperar demasiado para que viera cumplido aquel ardiente sueño. 

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